Seguimos sin dar la importancia que tiene a la figura ejemplar del padre y a los efectos perversos de su ausencia.
Con frecuencia el padre no está presente y activo en la formación de sus hijos. Tradicionalmente se ha tendido a delegar en la madre muchos temas relativos a la educación y formación de los hijos. Y hoy, por desgracia, por diversos motivos, son cada vez más frecuentes los hogares monoparentales donde sólo está la madre. Esto provoca una serie de problemas ya conocidos; pero a los que no se pone remedio.
Incluso entre padres motivados como los que acuden a Cursos de Orientación Familiar, no es raro que sea la madre la que acabe yendo a las sesiones, y el padre se excuse por diversos motivos.
Hay que despertar el sentido de responsabilidad de los padres (varones) en la educación. Redunda en la maduración y la plenitud vital del propio padre.
Esa implicación del padre no puede quedarse en temas accidentales como jugar con el hijo o hacer de chófer en los planes de deporte. Un padre debe ser capaz, por ejemplo, de mantener una conversación algo profunda con sus hijo.
Libros sobre ausencia paterna y sus consecuencias
Los problemas que produce esta ausencia del padre, física o práctica, han sido tratados recientemente en diversos libros. Proponemos dos de ellos.
«Padres fuertes, hijas felices». Meg Meeker. Ed Ciudadela
El libro es una ayuda para que los padres no se acomplejen por el feminismo radical y se atrevan a actuar como padres con sus hijas.
La autora aconseja que los padres pongan límites a sus hijas, que tengan un tiempo para ellas, que las quieran como son… y argumenta que el padre es un modelo para su hija, le pide que sea una persona íntegra, humilde, fuerte y que eduque a su hija en estas virtudes.
El padre es un referente para su hija en su maduración personal. Hay una sobrevaloración cultural de lo “sexy” y son los padres, para el bien de sus hijas, los quienes deben ayudarlas a valorarse por quiénes son y no por la ropa que llevan o la talla que usan.
La autora refiere su vivencia particular y lo observado en 20 años de ejercicio profesional. Así será más probable que las hijas tengan buen criterio a la hora de buscar al hombre que quieren como marido: «Si usted ha realizado bien su función de padre, ella querrá amar a otra buena persona, a la que escogerá como marido y que la defenderá y estará también muy unido a ella. Pero jamás le reemplazará en su corazón, porque usted fue el primero. Y ése es el último regalo que le hará por haber sido un buen padre.»
«La masculinidad robada». María Calvo. Ed. Almuzara.
La mujer ha logrado legítimamente grandes mejoras en su dignidad y derechos. Sin embargo un feminismo radical ha dejado a muchos hombres confundidos en cuanto al rol que tienen en la formación de los hijos, frecuentemente feminizado. En la mayor parte del sistema de enseñanza, las mujeres ocupan la inmensa mayoría de los puestos del profesorado. En muchas familias es la madre la que ocupa el papel preponderante en la educación. En la opinión pública la ideología de género minimiza la importancia de la figura del padre.
Niños incomprendidos engrosan las estadísticas de fracaso escolar, problemas de conducta, depresiones, adicciones e hiperactividad.