Las peleas de los hijos
Javier y Lola Callejón de Lara aprovechan esa molesta realidad de las peleas entre los hijos por cualquier cosa, para ponernos en alerta ante los peligros de las discusiones tontas que acechan la relación matrimonial y de pareja, que pueden provenir de dos frentes.
Cuando en una familia hay varios hijos, basta con que sean dos, es inevitable que haya peleas y discusiones por cualquier nimiedad; y que estas sean irritantemente frecuentes. Estas peleas vienen a sumarse a otras dificultades de la vida diaria y pueden convertirse en la gota que colma el vaso de la paciencia. Con facilidad, provocan reacciones airadas, inmediatas nada meditadas, en las que los hijos y, como consecuencia, la pareja, pagan el pato. Es muy importante que los esposos tengan un acuerdo previo para afrontar estas situaciones cuando se produzcan, que se producen: cómo actuar, quién interviene primero y, sobre todo, reforzar uno o una la autoridad de la otra o el otro.
Las discusiones de los adultos
Pero el vídeo de CDL family va más allá. Refleja cómo también los adultos podemos discutir por tonterías, comportarnos como críos y hacernos merecedores del castigo implacable con el que se zanjan habitualmente las peleas de los hijos. Y en esto pueden caer, y caen, también las parejas que no tienen hijos. Como no se pueden evitar absolutamente las discusiones, conviene desarrollar dos capacidades: la de no dar importancia a estos desencuentros y la de pedir perdón-perdonar las salidas de para de banco.
En todo caso, si estas discusiones por naderías -o no tan naderías- son constantes, es probable que haya llegado el momento de acudir a ayuda especializada para descubrir los motivos de fondo que llevan a estas broncas manifestaciones, y ponerles remedio antes de que sea demasiado tarde. Aunque nunca es tarde, solo se complica.